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Tengo sueño pero no puedo dormir: claves del insomnio

Tengo sueño pero no puedo dormir

¿Alguna vez te has encontrado en la situación de acostarte con sueño y pensar “tengo sueño pero no puedo dormir”? Si es así, podrías estar sufriendo insomnio, un trastorno del sueño que afecta a millones de personas en todo el mundo. A lo largo de este artículo, exploraremos en profundidad qué es el insomnio, sus síntomas, sus causas, las consecuencias de la falta de sueño, y, lo más crucial, te ofreceremos soluciones prácticas para mejorar la calidad de tu descanso nocturno. Desde la Clínica Somno, como Centro Especialista en Medicina del Sueño, nos cuentan sobre el insomnio.

¿Qué es el insomnio?

El insomnio es más que una simple dificultad para conciliar el sueño. Se trata de un trastorno del sueño que se manifiesta como la incapacidad persistente para iniciar o mantener el sueño, lo que puede conducir a un sueño insuficiente o de baja calidad. Este problema puede presentarse de diversas maneras: desde despertarse prematuramente en las mañanas hasta experimentar dificultades para volver a dormir después de despertarse.

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Síntomas del insomnio

Más allá de la típica somnolencia diurna, los síntomas del insomnio abarcan un espectro más amplio. Si alguna vez has tenido el pensamiento “tengo sueño pero no puedo dormir, ¿será esto el insomnio?”, aquí te presentamos los síntomas de este trastorno: 

  • Irritabilidad
  • Dificultad para concentrarse
  • Fatiga constante
  • Cambios en el estado de ánimo

Estos síntomas no solo impactan en la salud mental, sino que pueden tener consecuencias a largo plazo también en la salud física.

Causas del insomnio

Las causas del insomnio son variadas y pueden derivarse de factores externos o condiciones médicas subyacentes. 

  • El estrés y la ansiedad son dos de los principales contribuyentes, junto con la depresión
  • Los cambios en el horario de trabajo, la falta de una rutina de sueño regular y el consumo excesivo de sustancias estimulantes, como la cafeína, también pueden desencadenar este trastorno.

Consecuencias de la falta de sueño

La falta de sueño puede tener una serie de consecuencias negativas para la salud física y mental. Estas son algunas de las repercusiones más comunes:

  • Fatiga y falta de energía: la falta de sueño conduce a la fatiga general y a la sensación de falta de energía. Esto puede afectar negativamente el rendimiento en actividades diarias y laborales.
  • Problemas cognitivos: no dormir adecuadamente puede afectar la concentración, la memoria y la toma de decisiones. Puedes experimentar dificultades para procesar la información y resolver problemas.
  • Impacto en la salud mental: la falta crónica de sueño se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, incluyendo la ansiedad y la depresión.
  • Riesgo de enfermedades crónicas: no poder dormir se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y enfermedades cardíacas.
  • Impacto en el sistema inmunológico: la falta de sueño puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que seamos más susceptibles a infecciones y enfermedades.
  • Problemas cardiovasculares: no dormir las horas recomendadas se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y las enfermedades cardíacas.

Es importante destacar que los efectos de la falta de sueño pueden acumularse con el tiempo y tener consecuencias a largo plazo. Se recomienda que los adultos duerman entre 7 y 9 horas cada noche para mantener una buena salud general.

Tipos de insomnio

Si te preguntas a menudo “tengo sueño pero no puedo dormir, ¿tendré que ir al médico?”, te comentamos que tiene fácil respuesta. El insomnio se puede clasificar en diferentes tipos según su duración y causa. Aquí están los tipos de insomnio, ordenados de menor a mayor grado, y cuándo debes consultar con el médico:

Insomnio transitorio o agudo

  • Dura menos de una semana o unas pocas noches.
  • Por lo general, está vinculado a situaciones temporales de estrés, cambios en el entorno, problemas emocionales o eventos puntuales.

Insomnio a corto plazo o subagudo

  • La duración es entre una semana y un mes.
  • Puede persistir debido a situaciones prolongadas de estrés, cambios en el estilo de vida o factores emocionales.

Insomnio crónico

  • Dura al menos tres noches a la semana durante al menos tres meses.
  • Puede tener diversas causas, como trastornos de ansiedad, depresión, condiciones médicas crónicas o factores ambientales persistentes.

Insomnio comórbido

  • Ocurre junto a otro trastorno médico o psiquiátrico.
  • Puede ser secundario a condiciones como depresión, ansiedad, dolor crónico u otras enfermedades.

Insomnio psicofisiológico

  • La preocupación por el sueño contribuye significativamente al problema.
  • Factores psicológicos, como la ansiedad por el sueño, contribuyen al insomnio. La preocupación constante por no poder dormir puede agravar el problema.

Insomnio paradójico o Paradojal

  • Se tiene la percepción de que se duermen menos horas de las que realmente se están descansando.

Insomnio idiopático

  • No hay una causa aparente identificable.
  • A veces, el insomnio crónico no se puede atribuir a una causa específica conocida, y se clasifica como idiopático.

A partir del insomnio crónico en adelante, la evaluación por parte de un profesional de la salud es crucial para determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

Estrategias prácticas para combatir el insomnio

Si te preguntas qué hacer cuando no puedes dormir, existen diversas estrategias que podemos poner en práctica para combatir el insomnio en nuestro día a día. No obstante, siempre es recomendable acudir a un médico especialista que pueda aportar soluciones a tu problema. A continuación te damos algunos consejos:

  • Higiene del sueño: establecer una rutina regular para acostarse y despertarse es fundamental. Evita dispositivos electrónicos antes de dormir y mantén el dormitorio oscuro y tranquilo.
  • Técnicas efectivas de relajación: la meditación y la respiración profunda pueden ser herramientas poderosas para calmar la mente antes de dormir. Incorporar prácticas de relajación en tu rutina nocturna, como el yoga o la aromaterapia, puede marcar una gran diferencia.
  • Infusiones relajantes: tomar una taza de té de manzanilla o valeriana antes de acostarte puede tener efectos relajantes que facilitan el sueño. Evita bebidas con cafeína.
  • La importancia del colchón y las almohadas: la calidad de tu colchón y almohadas no debe subestimarse. Un colchón y almohadas cómodas y en buen estado pueden mejorar significativamente tu calidad de sueño. 
  • Divorcio del sueño”. Quizás has oído hablar de este concepto: se basa en que, las parejas, duerman separadas. Esto es común cuando uno de los miembros despierta al otro con sus ronquidos. Desde Clínica Somno, explican tres ejercicios simples que, al repetirlos varias veces al día, pueden ayudar a reducir la intensidad de los ronquidos:
    • Abrir la boca y presionar la parte posterior del techo de la boca (llamado paladar blando) con la parte de atrás de la lengua.
    • Aprieta los dientes y mantén la boca cerrada. Luego, mueve la mandíbula hacia adelante y hacia atrás.
    • Junta los labios y mantén la boca cerrada. Luego, intenta hacer un sonido prolongado de "mmm".
  • No tomar café durante la tarde. El café espresso gusta a muchas personas, pero puede afectar al sueño. Es preferible tomarlo de día, mantener una buena rutina del sueño y relajarse antes de ir a dormir. 
  • Terapia psicológica contra el insomnio. Según estudios de la Universidad de Chile, el insomnio afecta al 26,3% de la población chilena, causado principalmente por el estrés y malos hábitos nocturnos. Esta terapia, dirigida por expertos como Manuela García de Clínica Somno, se enfoca en eliminar los pensamientos negativos que generan ansiedad y falta de sueño, reducir el uso de medicamentos, mejorar la higiene del sueño y aplicar técnicas de relajación. Con la promesa de resultados rápidos y duraderos, esta terapia ofrece una solución efectiva para mejorar la calidad de vida de quienes sufren de insomnio. 

tengo sueño pero no puedo dormir

Tener frecuentemente el pensamiento “tengo sueño pero no puedo dormir” indica un problema subyacente que puede afectar tu bienestar físico y mental de manera significativa. Sin embargo, si sigues como primer paso práctico nuestros consejos, como dormir con un buen colchón y almohada, comenzarás a abordar eficazmente el insomnio y así mejorar la calidad de tu descanso nocturno.

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Preguntas frecuentes sobre tengo sueño pero no puedo dormir

  • ¿Cuánto tiempo de falta de sueño se considera insomnio?

    Se considera insomnio cuando hay dificultades para conciliar el sueño, mantener o despertarse temprano durante un período prolongado, generalmente al menos tres noches a la semana durante tres meses.
  • ¿Cómo se diagnostica el insomnio?

    El diagnóstico del insomnio generalmente se realiza mediante la evaluación de los patrones de sueño, la historia clínica y, en algunos casos, estudios del sueño, como la polisomnografía.
  • ¿Cuál es el tratamiento para el insomnio?

    El tratamiento del insomnio puede incluir cambios en el estilo de vida, terapia cognitivo-conductual, manejo del estrés, tratamiento de condiciones médicas subyacentes y, en algunos casos, medicamentos para dormir.
  • ¿Los medicamentos para dormir son seguros a largo plazo?

    El uso de medicamentos para dormir debe ser supervisado por un profesional de la salud. Aunque pueden ser seguros a corto plazo, su uso a largo plazo puede tener efectos secundarios y riesgos.

¿Y tú qué opinas? ¡Déjanos aquí tus comentarios!