¿Cómo lavar una almohada? Consejos de limpieza y cuidado

La almohada es uno de los elementos fundamentales a la hora de dormir, ya que nuestra cara está posada en ella durante varias horas cada noche. Además de darnos soporte y posibilitar el descanso, su superficie está en permanente contacto con la piel y necesita un correcto cuidado para garantizar que esté en las mejores condiciones.

Al tratarse de un accesorio relleno con materiales delicados, seguramente te has preguntado ¿cómo se lavan las almohadas?, ¿se pueden poner directamente en la lavadora o necesitan un cuidado especial?

A continuación te presentamos recomendaciones y técnicas para que su consistencia y suavidad no se vean afectadas, y puedas contar con una almohada limpia y fresca para acompañar tus sueños.

¿Cómo lavar una almohada?

Al estar un promedio de seis horas cada noche en contacto con nuestra cara, la almohada puede sufrir manchas, principalmente por sudor o por saliva. 

Además, tal como las sábanas, puede acumular polvo y con ello bacterias, hongos y ácaros.

Para evitarlo, se recomienda lavarlas dos veces al año como mínimo o una vez cada tres meses, siguiendo estas instrucciones.

• Desenfunda la almohada. Retira la funda que protege la almohada y lávala aparte en la lavadora. Revisa la etiqueta para ver si la tela necesita algún cuidado especial.

• Pasa la aspiradora. Una vez sin funda, aspira la almohada para eliminar restos de polvo y suciedad incrustados en el tejido.

• Elimina manchas concretas. Puedes usar bicarbonato o agua oxigenada para limpiar manchas.

• Usa la lavadora. Aquí es fundamental revisar las instrucciones para ver si el fabricante lo permite. Si es así, se recomienda usar un detergente líquido suave, tanto para los tejidos como para la piel; que la temperatura del agua no supere los 30 o 40 grados; y que el ciclo de lavado sea ligero. Un consejo útil es añadir un par de pelotas de tenis envueltas en calcetines, lo que ayudará a que no se apelmace el relleno.

• Lavado a mano. Se recomienda dejar la almohada en remojo con detergente suave por 12 horas, sin intervenirla demasiado para evitar que el relleno se afecte, para luego enjuagarlas con abundante agua.

• Secado en máquina o al aire libre. Si tienes secadora, es una excelente opción. De todas maneras se recomienda dejar que la almohada se airee un un tiempo antes de volver a colocarla en la cama. La otra alternativa es secarla al aire libre, evitando la exposición directa al sol, lo que además aportará a que se desinfecte.

Recomendaciones según el tipo de almohada

Rosen cuenta con una amplia oferta de almohadas según el material que más te acomode o la forma en la que duermes.

Por ejemplo, si duermes boca arriba necesitas una almohada con firmeza y grosor medio, para que tu espalda se apoye correctamente. Si lo haces boca abajo, necesitarás una blanda y delgada que no obligue al cuello a inclinarse demasiado.

Si duermes de lado, se recomienda una almohada firme y de grosor medio que garantice una alineación de cabeza, cuello y columna. 

Y si adoptas diferentes posturas durante el descanso, el consejo es elegir una almohada que se adapte fácilmente a los contornos de tu cabeza y cuello y que alivie los puntos de presión.

Dependiendo del material y relleno, la clave del lavado está en las instrucciones que presenta el fabricante:

• Almohadas de látex. Se recomienda lavar a mano con agua tibia para que el material no pierda sus propiedades y se deforme. Un recipiente grande con agua tibia y jabón líquido es ideal, con miras a remojarlas y luego enjuagarlas con abundante agua fría. Algunas almohadas de látex pueden lavarse en la lavadora.

• Almohadas viscoelásticas. Este material no puede lavarse en la lavadora, ya que perdería sus propiedades. Si se ensucia y requiere de un lavado imperioso, se aconseja hacerlo a mano y cuidadosamente, frotando el área afectada con agua y jabón.

• Almohadas de plumas. Aquí es fundamental que te fijes en el tipo de pluma que contiene la almohada. Esto implica que al lavar y secar tu almohada, debes tener mucho más cuidado si tu almohada está rellena de plumón que si está rellena de pluma.

• Almohadas de relleno sintético. Se pueden lavar, tanto a mano como en la lavadora.

Consejos para el mejor cuidado de las almohadas

Como se trata de una superficie clave para lograr el descanso que tanto mereces, además del lavado es importante cuidar la almohada y para ello te presentamos las siguientes propuestas.

• Limpieza regular. Es importante mantener la almohada limpia para evitar la acumulación de ácaros del polvo y otros alérgenos. Para ello te sugerimos sacudirla y ventilarla permanentemente, además del lavado cada seis meses.

• Protección con fundas. Ayudan a protegerla de manchas, derrames y el desgaste diario. Además, actúan como una barrera adicional contra los alérgenos y ácaros. Aquí es importante que laves regularmente las fundas para mantenerlas limpias y frescas.

• Secado adecuado. Luego de lavarla, es fundamental que te asegures de que la almohada se secó completamente, para evitar la formación de moho o malos olores.

• Reemplazo oportuno. Al ser un elemento tan importante para el buen dormir, es clave detectar cuando la almohada está perdiendo sus propiedades: si ves que está plana o desgastada, es hora de invertir en una nueva.

Lavado, cuidado y atención

Tan importante como la calidad del colchón, de las sábanas y de la ropa de cama es la almohada, superficie acogedora que nos recibe cada noche y en la que fluyen nuestros sueños. 

Adaptadas según tu forma de dormir, la consistencia, el relleno o la textura que más te acomode, la variedad de almohadas es amplia y busca adaptarse a tus necesidades y gustos. 

Ahora sabes cómo puedes mantenerla limpia y fresca, prestando atención siempre a que no pierda las características que la hacen tan especial para seguir acompañándote noche a noche.