Qué son los trastornos del sueño en niños y cómo tratarlos

Los trastornos del sueño en niños engloban todos aquellos problemas relacionados con el dormir. Entre los más frecuentes encontramos dificultad para conciliar el sueño, interrupciones frecuentes durante la noche, cansancio excesivo, o el caer dormido en cualquier lugar o momento.

Los trastornos del sueño en niños impactan de forma directa en su estado de ánimo, concentración, y pueden generar incluso una sensación permanente de estrés y ansiedad. Un descanso inadecuado, en definitiva, afecta todas sus actividades cotidianas, sus vínculos y su personalidad.

Principales trastornos del sueño en niños

Estos trastornos se manifiestan de distintas maneras en la experiencia de sueño de los más pequeños. Dentro de los más frecuentes, podemos diferenciar los siguientes tipos de dificultades relacionadas con el dormir de los niños y niñas.

• Insomnio: es posiblemente uno de los trastornos más frecuentes en la infancia. Existe un insomnio conductual que tiene que ver con la dificultad para dormir solo, lo cual  genera mayor ansiedad al momento de acostarse. Y por otro lado, existe el insomnio provocado por una mala higiene del sueño, más relacionado con hábitos de vida que no favorecen un descanso de calidad. 

• Apnea o hipopnea: es una obstrucción, ya sea total o parcial, de las vías respiratorias superiores mientras el niño está dormido. Se produce porque ciertas partes blandas de la garganta, como las amígdalas, se cierran al dormir. Tiene tratamiento médico y puede resolverse clínicamente en la mayoría de los casos. 

• Retardo de fase: es usual a partir de los 10 años de edad y es un síndrome que altera el ritmo normal del sueño. Se presenta una sensación de desvelo a la hora de acostarse, lo que hace que el niño se termine durmiendo muy tarde y que le cueste mucho despertarse por la mañana. Este trastorno genera cansancio diurno y bajo rendimiento físico y mental.

• Pesadillas: también son consideradas trastornos del sueño, ya que son elaboraciones mentales muy largas y complejas  que generan en el niño un aumento progresivo de la sensación de miedo. Al despertar, suele confundir el sueño con la realidad. Aunque las pesadillas no se pueden evitar, es posible generar un clima de relajación y seguridad previo al dormir que, sin dudas, las disminuirá. 
• Sonambulismo: es otro de los trastornos del sueño más frecuentes en niños, especialmente durante la etapa escolar. En este estado, el pequeño no responde a los estímulos externos y tampoco recuerda la situación una vez despierto. Son episodios muy frecuentes, que suelen no necesitar tratamiento y se terminan yendo con los años.

Recomendaciones para evitar trastornos del sueño  en niños según la edad

Dependiendo de la edad del niño afectado, los trastornos del sueño deben abordarse desde distintas perspectivas. Por ejemplo, en el caso de un recién nacido, podrá dormir mejor si, luego de tomar leche, se le mantiene despierto en brazos un rato para que elimine gases. Mientras que un adolescente, deberá evitar el uso de celulares antes de ir a la cama si quiere dormir mejor.

• Bebés y niños de hasta 12 meses

En los recién nacidos, la clave es que se mantenga despierto al comer y que al momento de las siestas pueda permanecer acostado para que aprenda a dormir solo. Generar rutinas también lo ayudará a dormir mejor. Por ejemplo: primero un baño, luego un masaje, leche, canción y a dormir. Todos los días repetir la misma dinámica. 

A partir de los 3 meses, es recomendable que el bebé duerma en su propia habitación. Una buena idea es ofrecer lo que se llama objeto transicional, como un muñeco o un peluche, que lo haga sentir acompañado. Si se despierta, intenta dormirlo  con caricias y masajes sin sacarlo de la cuna.

• Niños de entre 1 y 2 años

A partir de los 12 meses, deberíamos intentar que la hora de dormir y de levantarse sean, en lo posible, siempre las mismas. También se recomienda que el pequeño no realice actividades o juegos muy intensos al menos 2 horas antes de dormir y que tampoco ingiera alimentos con alto contenido de azúcar.

Luego de los 2 años, si tiene problemas para conciliar el sueño es importante no enojarse con él ni gritar. Es un momento clave para brindarle seguridad, reforzar las rutinas y dialogar dentro de sus niveles de comprensión. 

• Niños de entre 2 y 5 años

En esta etapa es posible limitar las siestas diurnas sólo a casos excepcionales y evitar también la actividad física intensa al caer la noche. Como es normal que comiencen a comportarse de manera más rebelde, no uses el sueño ni el dormir como un elemento de castigo, amenaza o represalia.

• Adolescencia

Es una instancia de la vida muy compleja y los padres deben estar bien informados sobre la vida de sus hijos y principalmente sobre sus emociones. Es fundamental saber identificar las señales que pueden estar vinculadas a un trastorno del sueño, como la irritabilidad, cansancio extremo, etc. 

Establece un horario límite para el uso del celular, los videojuegos o el computador y, principalmente, predica con el ejemplo haciendo lo mismo.

Si bien los trastornos del sueño en niños suelen ser pasajeros y resolverse con tratamientos simples o hábitos sencillos, consulta a un pediatra si tienes más dudas o dificultades para ayudarlos.