Colores de invierno para diseñar espacios más cálidos y acogedores

Los colores en decoración también van cambiando en función de la estación del año. 

Así como los colores de verano son principalmente tonos más frescos y alegres, los colores de invierno más habituales son aquellos que invitan al recogimiento y al diseño de espacios más cálidos y acogedores.

Te contamos cuáles son los colores de invierno y cuáles son sus propiedades y características principales, para crear espacios visualmente más confortables y siempre cálidos.

¿Cuáles son los colores de invierno?

Los tonos mostaza, terracota, burdeos, verde oliva, azul petróleo, piedra, grises y marrones son en esencia, los colores de invierno más comunes.

Tan solo es necesario fijarse en los colores que nos ofrece la naturaleza, los meses previos al invierno, en pleno otoño.

Los tonos anaranjados, amarillentos, marrones y verdes de los bosques de otoño ya nos indican que estamos hablando de colores invernales, colores que se convierten en la alternativa perfecta para adornar y equipar la casa, de forma más acogedora y confortable.

A esta gama cromática de invierno le podemos añadir también el azul petróleo. Se trata del color del fondo del océano, un azul oscuro, con ciertos tintes verdosos. Una tonalidad muy decorativa, ideal para usar en la decoración del hogar.

Dónde usar los colores de invierno

Úsalos principalmente en accesorios y textiles, como complementos decorativos, cojines, juegos de cama y alfombras, entre otros.

De esta forma, te resultará muy fácil cambiar los colores de invierno por otras tonalidades más frescas cuando llegue la primavera y el verano.

Eso sí, puedes elegirlos también para marcar una pared de acento en el living, comedor o dormitorio, un recurso muy solicitado para crear espacios con más personalidad, sin comprometer excesivamente la decoración global del espacio.

¿Qué sensaciones transmiten estas tonalidades?

En general, estos colores de invierno transmiten calidez y sensación de recogimiento en nuestras casas, aunque si los analizamos uno por uno, podemos añadir otras sensaciones particulares:

• Ocres y mostazas. Al ser colores de invierno que provienen del amarillo, uno de los colores primarios del círculo cromático, adquieren las mismas características, un poco matizadas, como la energía que transmite, junto a la fuerza y la voluntad.
• Terracotas y burdeos. En este caso, la tonalidad original es el rojo, otro color primario considerado cálido. Ambos tonos multiplican la calidez y confortabilidad del espacio.
• Calderas. Lo conseguimos a partir del naranjo, mezcla del rojo y amarillo, al que añadimos un poco más de rojo, por lo que adquiere las propiedades de estos dos colores, proporcionando así vigor, energía y calidez, a partes iguales.
• Verdes oscuros. Los tonos que tienen una base verde mezclada con grises, marrones, incluso azules, como el verde oliva, el verde musgo, el verde eucalipto o el verde salvia, entre otros, son colores de invierno muy equilibrados, que permiten al espacio en que los usemos transmitir serenidad y tranquilidad.
• Marrones y piedras. Estos colores de invierno se consideran tonos neutros y en esencia pueden proporcionar sobriedad y también masculinidad al ambiente. Al combinarlos con otros colores conseguiremos enfatizar o matizar estas propiedades.
• Azul petróleo. Este tipo de azul tan particular, se consigue de la mezcla del azul y el verde, por lo que representa las cualidades de ambos colores, que destacan por ser relajantes y muy equilibrados.

En este recorrido de los colores de invierno no podemos dejar atrás a grises y, por supuesto, blancos, los auténticos tonos neutros, que podemos usar durante todo el año, especialmente en grandes superficies, como paredes y suelos, o para muebles de grandes dimensiones, como los sofás.

Usando estas tonalidades de base, podemos jugar con el resto de colores de invierno para crear espacios más acogedores, cargados de calidez y estilo inconfundible.