Los cuadros de dormitorio son un recurso perfecto para decorar las paredes de las habitaciones de la casa y así aportar un detalle de personalidad y estilo al espacio.
En este post te contaremos qué tipo de composiciones pueden crearse y cómo combinar distintas técnicas para diseñar una pared con cuadros espectacular.
Composiciones de cuadros de dormitorio
Es frecuente poner los cuadros de dormitorio en la pared del respaldo de la cama. De esta forma se consigue enmarcar la cama, el elemento principal y más voluminoso del espacio.
Eso sí, puedes ponerlos también en otros rincones, sobre una cómoda o una cajonera, sobre los veladores o en las paredes laterales de la cama.
Composición asimétrica
Si quieres agregar un toque de dinamismo a tu dormitorio puedes crear una composición asimétrica de cuadros de dormitorio sobre la cabecera.
Elige marcos de distintas medidas y usa el centro de la cama como eje para colgar los distintos cuadros de forma asimétrica, pero ordenada, con sentido visual.
Puedes elegir distintos tipos de láminas para tus cuadros de dormitorio: fotografías en blanco y negro, acuarelas, imágenes en color o motivos abstractos, entre multitud de opciones.
En función del tipo de decoración de tu dormitorio y de tus gustos personales puedes escoger un tipo de lámina u otra, incluso añadir fotografías propias enmarcadas o, si tienes alma de artista, tus propias creaciones.
Composición simétrica
Una composición simétrica de cuadros de dormitorio sobre la cabecera de la cama te ayudará a crear un espacio más ordenado y sereno.
Para crear un efecto totalmente equilibrado elige marcos del mismo tamaño y el mismo material y cuelgalos siempre a la misma distancia unos de otros.
Tal y como sucede en la composición asimétrica, en este caso también puedes seleccionar láminas de distintas tipologías y técnicas pictóricas para diseñar un espacio confortable y acogedor.
Cuadros de dormitorio sobre baldas
Poner los cuadros de dormitorio en una repisa, en vez de colgarlos directamente en la pared, es una solución que cada vez gana más adeptos.
Entre sus ventajas destaca el hecho que no vas a tener que taladrar excesivamente el muro y vas a poder cambiar la disposición y el tipo de cuadros siempre que quieras, de forma rápida y fácil.
Un solo cuadro como protagonista esencial
Una sola pieza de grandes dimensiones, colgada sobre la cabecera, se convertirá en la protagonista absoluta del dormitorio, especialmente si eliges un tipo de lámina o cuadro en colores vivos e impactantes.
Decora la cómoda con cuadros de dormitorio
Si cuentas con una cómoda situada a los pies de la cama, también puedes decorarla con cuadros de dormitorio.
Puedes seleccionar una composición similar a las propuestas sobre la pared de la cabecera, simétrica, asimétrica o de un solo cuadro XL.
Ubicarlos en esta posición te permitirá disfrutar de ellos desde la cama. ¡Un auténtico placer visual!
Además, en este caso, puedes elegir si prefieres colgar tu cuadro favorito en la pared o ponerlo apoyado directamente sobre la cómoda.
Sobre los veladores
Si prefieres dejar despejada la pared de la cabecera, pero quieres agregar unos cuadros, puedes ponerlos a la altura de los veladores, a ambos costados de la cabecera.
Elige unos cuadros bonitos de una misma temática o de la misma serie, unifica tamaños y marcos y cuélgalos de forma simétrica para crear un frontal muy favorecedor.
¿Cómo pongo los cuadros?
Es una de las preguntas más frecuentes que nos planteamos cuando queremos poner cuadros de dormitorio, especialmente en la pared de la cabecera de la cama.
Para lograr una buena composición dibuja un marco imaginario sobre la cabecera y calcula cuántos cuadros te cabrían, en función del tamaño.
Decide, en primer lugar, dónde irán las piezas más grandes y sigue poniendo las pequeñas a su alrededor, utilizando la técnica muro galería.
Ten en cuenta que para que el conjunto se vea equilibrado, la distancia entre los distintos cuadros no debería ser inferior a 5 centímetros.
En el caso de los cuadros apoyados sobre un estante, puedes poner los más grandes en el centro de la repisa y los más pequeños a los lados. Puedes superponerlos para diseñar un conjunto más armonioso y, como toque final, coordinar los cuadros de dormitorio con la ropa de cama. ¡Sorprendente y con estilo!
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