Vivir Como Soñamos | Rosen > Columnas > Cómo armar dormitorios infantiles según la edad
Escoger que el espacio tenga las mejores condiciones de luz, considerar los tonos que los relajen e ir decorando de acuerdo con su crecimiento, son factores importantes para crear dormitorios de niñas y niños en los que se sientan cómodos y felices.
Si hay un proyecto decorativo que motiva a los padres, es el dormitorio de las hijas e hijos. Sobre todo, el que recibe al primer bebé, y que tiene los muebles, colores y textiles seleccionados con total dedicación. Desde ese momento hacia adelante el dormitorio infantil, evolucionará según su crecimiento.
Para Rosario Fernández, psicóloga especialista en sueño adulto e infantil de Clínica Somno, es importante ir preparando ese espacio con tiempo, para que sea un lugar agradable y conocido para ellos, independiente de la edad. “La autonomía se trabaja desde la cercanía en la primera infancia, entonces el lugar donde van a dormir tiene que generarles confianza y a la vez la seguridad de que los van a ir atender si es que necesitan ayuda”.
Para la profesional hay ciertos elementos que son transversales a cualquier edad del niño para fomentar un buen dormir en su cuarto: tienen que sentir que su pieza es segura para así poder conciliar el sueño de forma tranquila; cortinas que permitan oscuridad total durante la noche; que tenga, idealmente, entrada de luz natural durante la mañana; que sea un espacio tranquilo y sin tantos distractores; y no debe tener pantallas por sus efectos negativos sobre la melatonina (inductor de sueño) durante la noche”.
Luego de escoger el dormitorio que tenga todas las condiciones para su desarrollo, comienza la decoración infantil de este. Según Teruca Matte, interiorista de la Asociación de Diseño e Interiorismo de Chile, el color es un factor determinante. “Las tendencias de las tonalidades para un dormitorio infantil son suaves, tranquilas y neutras. Los verdes eucaliptos, grises, celestes grisáceos y rosa viejo son ideales porque crean un ambiente relajante. Sin embargo, es importante considerar la preferencia de la niña y niño, y sus gustos personales. Los colores alegres y vibrantes también pueden ser apropiados para agregar energía y estimulación visual. En última instancia, la elección dependerá de la atmósfera que se quiera lograr en el espacio”.
Según la edad
Así como los niños van creciendo sus dormitorios deben ir acompañándolos en sus necesidades. Si a los 3 años necesitaban tener sus juguetes a mano en muebles adecuados para su estatura, a los 12 años quizás el mobiliario debiese ser un escritorio donde poder estudiar o tener su computador. Cómo acompañarlos en esa transformación es lo que expertas sugieren acá:
El dormitorio de 0 a 3 años:
Según Teruca Matte, durante esos años es muy importante decorar con mobiliarios adecuados para brindarles seguridad. La habitación tiene que ser cómoda para los padres, sin cantos y con elementos en los que la familia interactúe (con sillones, espejos, cuentos, poca luz, colores claros). Si quieren incorporar una zona de juego, debe también proyectarse con espacios para su altura y para enseñarles a ordenar sus juguetes. También es importante incorporar un lindo papel mural y un par de accesorios”.
El dormitorio en la etapa infantil (3 a 6 años):
Para Javiera Mac-Mahon, kinesióloga y especialista en sueño infantil de Clínica Somno, a esta edad los niños ya son mucho más capaces de comunicar lo que necesitan, saber lo que los relaja y es más fácil hacerlos partícipes de una rutina nocturna de sueño.
“Es fundamental que el niño perciba que su pieza es segura, y es aquí donde uno puede incluir algún objeto que le genere tranquilidad (idealmente que sea elegido por ellos) para que sienta que es su lugar. Entonces uno puede darle la opción de que elija el color del cubrecama, la foto para enmarcar que quiera, etc. ¡Que viva la pieza como suya! Eso ayuda a que se vaya generando esta sensación de pertenencia.
La profesional recomienda además que en el dormitorio tengan diferentes libros a la altura de ellos, para que puedan elegirlos como parte de la rutina de noche; evitar luces demasiado blancas en el interior de la pieza e idealmente que los juguetes queden guardados en baúles o cajas para que no generen distracción a la hora de dormir.
El dormitorio de los niños en la etapa de primaria (6 a 12 años):
“A esta edad los niños son más autónomos y pueden decidir mucho más sobre su habitación. Aquí la idea sigue siendo que ellos elijan cosas que quieran agregar a su pieza, sea el color de una pared, el cuadro del jugador de fútbol que les gusta, etc. Queremos que se sientan cómodos en su pieza, que le guste, que le genere bienestar, que la sientan propia”, explica Rosario Fernández.
La profesional agrega además que los juegos deberían estar en exterior o fuera de la pieza, para que el dormitorio se asocie a calma, sueño y bienestar más que a actividad y diversión.
El dormitorio de los niños en la etapa de secundaria (+12 años):
Según estudios los niños de esta edad tienen la identidad más clara, y con esto, es más fácil que tengan una idea de cómo quieren que sea su habitación y hacerla a su gusto. “Ya no necesitan tanta seguridad exterior, sino que a esta edad pueden empezar a utilizar herramientas propias para relajarse. Por ejemplo, escuchar música tranquila, darse un baño caliente, etc. Idealmente que la rutina incluya al menos una hora de relajo antes de dormir, que no considere ningún tipo de pantalla debido a su impacto frente a la secreción de melatonina”, indica Mac-Mahon
Durante esos años, explica también Fernández, es común que el sueño de los adolescentes cambie. Es decir, se acuestan y levantan más tarde. “Considerando esto, también es importante que las cortinas permitan bastante oscuridad durante la mañana, a diferencia de las otras edades donde suelen despertarse naturalmente junto con la salida del sol. Por supuesto, y en todas las etapas, una cama cómoda, con ropa de cama de buena calidad, idealmente pijama de algodón, siempre son un extra a la hora de dormir”.
Matte coincide que, a partir de los 15 años, los adolescentes tienen una visión clara de sus preferencias y los interioristas colaboran estrechamente con ellos en el proceso de diseño. “Nuestro objetivo es crear un espacio que sea un reflejo completo de su personalidad, que sea un lugar exclusivamente suyo, donde asuman la responsabilidad de cuidarlo y aprender a mantenerlo organizado”.
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