Vivir Como Soñamos | Rosen > Columnas > Vivir mejor junto a ellos: cómo los animales de compañía nos enseñan a disfrutar la vida
En un mundo donde las rutinas altamente demandantes y el estrés parecen estar siempre al acecho, encontrar momentos de pausa y conexión con uno mismo se ha vuelto un acto de autocuidado. Y qué mejor compañía para esos momentos que nuestra familia y nuestros animales.
Compartir la vida con un perro, un gato u otro animal de compañía no es solo una expresión de amor, es una forma de construir bienestar. Diversos estudios han demostrado que la convivencia con animales puede reducir los niveles de ansiedad, mejorar el ánimo e incluso bajar la presión arterial. Pero más allá de los beneficios físicos y emocionales, hay algo aún más valioso que ellos nos ofrecen, que es la capacidad de reconectarnos con lo esencial.
Los animales viven el presente con una autenticidad y simplicidad admirables. No necesitan de grandes planes ni rutinas elaboradas para disfrutar del momento. Un paseo por la plaza, una siesta al sol, una mirada o un juego improvisado son pequeñas escenas que, compartidas con ellos, se transforman en momentos de plenitud.
En tiempos donde se habla cada vez más de la salud mental y de la necesidad de construir vidas más equilibradas, tener a nuestro lado a un compañero peludo puede ser un recordatorio cotidiano de lo importante: descansar, socializar, sacudirse, respirar profundo, estirarse, sentir y disfrutar.
El bienestar no es solo un estado individual, sino algo que cultivamos también en el vínculo con otros. Por eso, hablar de tenencia responsable es mucho más que cumplir con sus vacunas y alimentación apropiada, sino más bien, es entender que cada animal que vive junto a nosotros es parte de nuestra familia, de nuestras vidas, y como tal, merece tiempo de calidad, respeto, juego, afecto y espacios de descanso adecuados.
Salir a caminar con tu perro, compartir una tarde tranquila con tu gato o simplemente observarlos en su mundo, nos invita a ralentizar; a mirar el entorno con más atención. A permitirnos ser más espontáneos y conectarnos con la vida y con quienes nos rodean.
Los invito a que planeen un fin de semana en la naturaleza con amigos y familia —¡incluidos ellos! — no solo será una forma de recreación, sino también una experiencia sanadora y revitalizante.
Hoy más que nunca, cuando el mundo nos exige tanto, hacer espacio para el ocio consciente, para las relaciones auténticas y para el vínculo con nuestros animales, es una decisión de salud y de amor.

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