Mezclar objetos de distintas épocas es un arte. Esto, porque el diseño del espacio decorativo debe lucir armonioso y con personalidad. Por eso, lo primero que debes identificar es lo que necesitas y quieres para tus ambientes. Si es ecléctico, entonces juégatela por ese estilo.
Aunque el mío no se acerca a esa tendencia, admiro a cineastas como Almodóvar, Wes Anderson, Tarantino y Stanley Kubrick, que son representantes de él y hacen magia en sus escenografías. ¡Me maravilla lo que logran a través de su estética cinematográfica!
El secreto para una combinación exitosa radica en alcanzar un equilibrio armonioso entre lo moderno y lo vintage. Un enfoque común es utilizar piezas modernas como base y añadir elementos vintage para aportar calidez y carácter. Por ejemplo, una sala de estar contemporánea puede lucir increíblemente acogedora con un sofá moderno y una mesa de centro vintage restaurada.
Un objeto o mueble antiguo tiene tantas historias que contar que con unos pocos basta para darle otro carácter a tu espacio. Al combinarlos con elementos modernos, permite que destaquen y se conviertan en puntos focales de tu diseño. Así, puedes integrar una icónica silla de mediados de siglo en un comedor moderno para agregar un toque de elegancia retro. Idealmente en un espacio tener 2 o 3 para que haya un diálogo entre ellos. Siempre manteniendo el equilibrio.
La combinación de lo moderno y lo vintage no se limita solo al mobiliario, sino también a los colores y las texturas. Una paleta de colores neutros y atemporales puede servir como telón de fondo para mezclar estilos. Además, la incorporación de tejidos o telas noble, cuero envejecido o madera tallada agrega dimensión y calidez al espacio. Sin embargo, los tonos adecuados serán los que a ti te gusten. La idea es que logres identificarte con ellos y que así construyas tu propio refugio.
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