Vivir Como Soñamos | Rosen > Columnas > Consideraciones sobre la alimentación de perros y gatos. Somos lo que comemos… y ellos también
Alimentar bien a nuestras mascotas no es simplemente llenar el plato cada vez que nos lo piden, sino más bien, es una decisión que influye directamente sobre su salud física, digestiva y emocional. Hoy en día, existen múltiples opciones en el mercado, desde alimentos secos (extruidos) hasta fórmulas húmedas o snacks funcionales. Pero para saber cuál es la mejor elección es fundamental comprender qué es lo que dice realmente la etiqueta del envase, ajustar las porciones y considerar, además, en qué etapa de la vida se encuentra, nivel de actividad y estado de salud de tu compañero.
En términos generales, los alimentos comerciales para perros y gatos pueden clasificarse en tres grandes grupos:
1. Alimento seco o extruido:
Corresponde al más común. Se caracterizan por tener una baja humedad (~10%), lo que permite su fácil almacenamiento y alta duración. Su textura ayuda a reducir el sarro (tártaro dental) en perros y gatos, y su formulación suele estar balanceada según cada etapa y condición fisiológica.
2. Alimento húmedo:
Son los enlatados o en sachet. Contienen más agua (~70-80%) y, por lo tanto, bastante más palatable que el alimento seco. Resulta ideal para animales con poco apetito o más selectivos al momento de comer, ya que se puede calentar y con ello se resalta su aroma y sabor. Puedes mezclar pequeñas cantidades con el alimento seco para estimular el apetito, y también será una buena opción para los más viejitos con problemas dentales, sin embargo, al dejar mayor cantidad de residuos, no debes olvidar limpiar sus dientes regularmente.
3. Alimento semihúmedo:
Menos habitual que los dos anteriores, tiene una textura blanda y humedad intermedia (~30%). Suele ser bien aceptado por perros y gatos, aunque al contener más conservantes que otras opciones, suele restringirse a solo ciertas ocasiones. El mejor ejemplo son los premios que utilizamos para que se entretengan mordisqueando cuando los queremos regalonear.
Además, por cierto, encontramos múltiples snacks y premios comestibles, que si bien no reemplazan la dieta principal, serán una herramienta valiosa en la educación y enriquecimiento nutricional, siempre que se ofrezcan con moderación y estén formulados con ingredientes saludables.
Frente a la gran oferta existente en el mercado, elegir un alimento va más allá de la marca o el precio, ya que habrá que cerciorarse de la cantidad y calidad de la proteína, donde lo recomendable es que sea de origen animal (perros adultos sanos requieren entre 18–25% de proteína y gatos adultos requieren mínimo 30–35% de proteína). Por lo tanto, cuando diga subproductos animales o harinas no especificadas, mejor busca otra opción. Del mismo modo, habrá que fijarse en que contenga otras fuentes de alta digestibilidad como arroz, avena y papas.
Lo importante es que el alimento sea equilibrado para facilitar y asegurar una correcta absorción de los nutrientes y en este sentido, muchos alimentos actualmente contienen aditivos funcionales como probióticos, ácidos grasos omega 3 y 6, antioxidantes naturales y prebióticos, todos ingredientes que ayudan a mantener una microbiota intestinal equilibrada y una buena salud general. Pero, para facilitar nuestra elección, es mejor preferir alimentos que sigan las recomendaciones de entidades como AAFCO ((Association of American Feed Control Officials) o FEDIAF (Federation of European Pet Food Industry), que aseguran que la fórmula cumple con estándares nutricionales adecuados. Debe decir que es un alimento completo y balanceado.
Pues bien, como cada mascota es única, idealmente su dieta debe adaptarse a sus necesidades, donde habrá que considerar la etapa de la vida en la que se encuentra, por ejemplo, cachorros y gatitos requieren mayor aporte energético y nutrientes esenciales para el desarrollo, donde deben comer varias veces al día (mínimo 4 a 6 veces al día). Los adultos, en cambio, necesitan un balance entre energía y mantenimiento de funciones vitales, y generalmente con dos comidas al día es suficiente, aunque es muy habitual que por aburrimiento aumente el apetito, por lo tanto, considera entregar la ración de alimento de forma entretenida a través de un juguete dispensador, lanzándolo al voleo o escondiéndolo dentro de una caja.
En el caso de los gatos, lo ideal es que tengan acceso al alimento ad libitum (libre disposición), siempre que no presenten sobrepeso o enfermedades que lo contraindiquen, ya que, para ellos, lo normal es comer entre 10 y 15 veces al día en pequeñas raciones. Al igual que ocurre con los perros (y con nosotros), tienden a aumentar el consumo por aburrimiento o porque les damos mayor cantidad de premios, así es que la invitación es a mantenerlos ocupados física y mentalmente.
Los perros y gatos seniors (perros grandes mayor a 7 años, perros pequeños mayor a 10 años y gatos mayores a 12 años), al ser más sedentarios, requieren menos calorías que los adultos y más control sobre minerales y antioxidantes para preservar su función cognitiva y orgánica.
Del mismo modo, las mascotas esterilizadas tienden a tener menor gasto energético, por lo que se recomienda un alimento reducido en calorías para evitar el sobrepeso y la obesidad, dos grandes problemas en seres humanos y mascotas con consecuencias directas sobre su salud y bienestar.
Pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad renal o cardíaca, deben consumir fórmulas específicas indicadas por el médico veterinario como parte de su terapia y una condición que es cada vez más común, son perros y gatos que presentan alergias o intolerancias alimentarias, donde en estos casos se suelen utilizar proteínas alternativas como cordero, pavo, conejo o proteínas hidrolizadas, para disminuir el riesgo de reacciones adversas.
Existe un mito creciente de que los granos son dañinos para perros y gatos, sin embargo, no hay evidencia científica concluyente que lo respalde en animales sanos. Los granos no son malos per se, y pueden formar parte de una dieta balanceada si están bien seleccionados y procesados.
La salud digestiva empieza en el plato
La frase "somos lo que comemos" también aplica para nuestros animales, ¿cómo? a través del eje intestino-cerebro, que corresponde a una vía de comunicación bidireccional entre el sistema nervioso central y el tracto gastrointestinal. Esta conexión no solo afecta la salud digestiva, sino también el estado de ánimo, el comportamiento y la función cerebral. Una microbiota sana (conjunto de microorganismos que viven en el intestino en una relación de simbiosis tanto de tipo comensal como de mutualismo) influye en la producción de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, el sueño y la respuesta al estrés. Por eso, una dieta rica en fibras fermentables, prebióticos y probióticos no solo ayuda a una buena digestión, sino también a una mejor calidad de vida emocional.
Por último, un punto clave que no debemos olvidar es que, aunque pueda parecer práctico, perros y gatos no deben compartir el alimento, ya que tienen requerimientos nutricionales muy distintos entre ellos. No hay problema en que de vez en cuando lo consuman, pero no de forma rutinaria. Por ejemplo, los gatos son carnívoros estrictos y necesitan taurina (un aminoácido esencial para ellos) y vitamina A preformada, y muchos alimentos para perros no contienen estos nutrientes o los tienen en cantidades insuficientes. Los perros, en cambio, tienen una dieta más flexible y pueden aprovechar una mayor variedad de ingredientes vegetales.

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