Vivir Como Soñamos | Rosen > Descanso > Saca el máximo provecho de las almohadas con memoria
Las almohadas con memoria son excelentes para la salud cervical y para descansar plácidamente. Sin embargo, es recomendable que sigas unas pautas simples de cuidado y mantenimiento que te ayuden a maximizar sus comodidades.
Las almohadas con memoria están confeccionadas con material viscoelástico. Se dice que tienen “inteligencia” o “memoria” porque tienen la particularidad de reaccionar a la presión y adaptarse ante cualquier cambio de posición. Esto asegura un confort y una relajación natural y completa de las vértebras cervicales.
Sin embargo, las almohadas con memoria no siempre son bien aprovechadas. Es que no se trata solo de apoyar la cabeza sobre ella cada noche para dormir adecuadamente. Hay muchos factores que influyen en la calidad de sueño y que se deben tener en cuenta para sacar el máximo provecho de las almohadas con memoria. Los presentamos a continuación.
Cómo potenciar el uso de las almohadas con memoria
- La posición correcta
La cabeza tiene que encontrar en la almohada su ubicación perfecta y en este punto es clave la altura de la misma, para las distintas posturas al dormir. Las almohadas con memoria demasiado altas o extremadamente bajas afectan el alineamiento natural de la columna, ya sea durmiendo boca arriba o de lado. En estos casos la musculatura del cuello se sobreexige para compensar la mala postura y es entonces cuando aparecen los dolores cervicales a la mañana siguiente.
Al dormir de lado, se recomienda una almohada lo suficientemente alta para rellenar el espacio que hay entre el cuello y el hombro. Si eres de dormir boca arriba no hace falta una muy alta aunque con la rigidez suficiente para soportar el peso de la cabeza. Recuerda que la altura de las almohadas está directamente relacionada con la rigidez, es decir, lo duras o blandas que estas sean.
- Limpieza y mantenimiento
Un factor que puede afectar la calidad del sueño aunque tengamos una buena almohada con memoria, son las alergias por ácaros. Los ácaros suelen proliferar en ambientes húmedos y calurosos y pueden afectar incluso a personas no alérgicas.
En este sentido, la limpieza de tu almohada es fundamental incluso si esta es hipoalergénica. Deberás ventilarla con regularidad y hacer el correspondiente recambio de las fundas y del resto de las sábanas una vez a la semana, lavándolas en lavadora a temperatura media. Deberás también lavar la tela en la que viene enfundada la almohada siguiendo las indicaciones de la etiqueta.
Si quieres limpiar el interior o si el relleno viscoelástico tiene alguna mancha, es recomendable que utilices un paño con agua tibia y un poco de detergente suave, con el que irás frotando despacio, con movimientos circulares. Seca los restos de espuma con una toalla, enjuaga el paño y retira el excedente. Para secar la almohada, llevala al aire libre a un lugar donde pueda estar apoyada sobre una superficie plana y no reciba sol directo.
- Saber cuando reemplazarla
Al igual que ocurre con los colchones, las almohadas con memoria tienen una vida útil, marcada principalmente por su comodidad. Cuando sientas que ya no te resulta cómoda o que sufres dolores cervicales que antes no tenías, será hora de comprar una nueva.
Otra opción es sustituirla cada dos años si tienes en cuenta que es un tiempo suficiente para la acumulación excesiva de ácaros y suciedad que resiste los cuidados habituales que puedas hacerle. Las alergias o irritaciones frecuentes son otro indicio de que tu almohada con memoria está llegando a su fin.
Finalmente, puedes probar la resistencia de tu almohada doblandola por la mitad. Así podrás evaluar cuánto tiempo tarda en volver a su posición normal. Si no lo hace, si demora mucho o si al regresar a su lugar queda deformada, es momento de cambiarla.
Ahora sí, siguiendo estas pautas aprovecharás al máximo tu almohada con memoria y disfrutarás de todas sus propiedades para conseguir un sueño reparador.
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